Del 10 al 18 de mayo, el Definitorio general tuvo su encuentro con los nuevos Ministros provinciales y Custodios de la Orden en la Curia general.
Al encuentro asistieron 21 hermanos provenientes de distintos países. Como siempre, el objetivo fue la formación de los nuevos Ministros y Custodios, el conocimiento mutuo y la escucha fraterna, elementos fundamentales para la vida de la Orden.
Durante el primer día, el Ministro general, Fr. Massimo Fusarelli, basándose en la llamada del profeta Elías (1Re 17,1-24), se detuvo en el sentido de la llamada (“No somos los salvadores de la Provincia.... Más bien, estamos llamados a acompañar una parte de su camino”), la comparación entre ideal y realidad (“El margen entre el ideal evangélico y la realidad concreta es a menudo muy estrecho y sufrimos porque no es fácil encontrar aquí mismo un espacio de acción y de cambio”), la escucha del Espíritu (“La elección renovada de nuestra identidad de hermanos y menores, centrada en la relación con Dios y en la vida de comunión fraterna para la misión entre y con los pobres, es lo que el Espíritu nos pide con fuerza”), dando después tres indicaciones sobre cómo avanzar hacia el futuro, hecho de luces, pero también de sombras.
La jornada concluyó con el rezo de vísperas y la Eucaristía celebrada por el Vicario general, Fr. Ignacio Ceja, quien en su homilía recordó también la importancia de la llamada, “como animadores de los hermanos”, a ser testigos de la belleza de la vocación, ayudándonos mutuamente a realizarla, sin tener miedo a las dificultades que seguramente habrá que afrontar, pero con paciencia, la misma paciencia que Dios tiene con los hombres. Fr. Ignacio concluyó con una referencia a la felicidad a la que llama el Evangelio: “Felicidad verdadera, profunda, que a veces pasa por el dolor y la renuncia, pero que es fecunda en la vida”.
En los días siguientes, se celebraron reuniones con los distintos Secretarios y Oficiales de la Curia; los nuevos Ministros también tuvieron la oportunidad de un encuentro personal con el Ministro general, visitaron algunas oficinas de la Curia y la Universidad Pontificia Antonianum. Se dedicó un día entero al tema de la Protección de Menores y Adultos Vulnerables, con el objetivo de introducir una política y un código de conducta en cada Entidad de la Orden.
En su homilía de la Eucaristía del 17 de mayo, Fr. Massimo ha comentado el Evangelio de Sn. Juan: «Hemos escuchado el diálogo entre el Resucitado y Simón, a quien Jesús da el mandato de autoridad. El centro de atención no es el poder, sino el amor, que madura en la relación personal entre Jesús y Simón. El nuestro es un ministerio de amor y misericordia, según San Francisco. ¿Por qué? Proviene de la relación personal con Jesús, que significa conocimiento, familiaridad, amistad, mutua, familiaridad que ha crecido en medio de muchos acontecimientos, incluida la traición. Jesús llama a Pedro por su nombre y le pide “más amor”. Pedro no dio su vida por sus hermanos. De hecho, la autoridad no procede de la buena voluntad».
El sábado 18, los nuevos ministros concluyeron el encuentro peregrinando a Asís.
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