El camino vocacional de un candidato para entrar en la Orden de los Hermanos Menores está siempre acompañado por animadores vocacionales, que buscan verificar la llamada y proporcionar apoyo para seguirla. Antes de llegar a la declaración de la profesión solemne, el fraile sigue diferentes etapas de formación y discernimiento.
Después de un necesario discernimiento sobre la propia llamada, el candidato entra en el año del postulantado: Este es un tiempo de conocimiento directo de la vida de la fraternidad, permaneciendo en su estado laical. A través del estudio, la oración y la vida en común, siguiendo el ideal de vida de San Francisco, los postulantes buscan comprender si realmente tienen el deseo de formular su propio compromiso de vida sobre el modelo de la Regla de San Francisco. Su duración puede ser de uno o dos años, dependiendo los planes formativos de cada provincia.
Tras periodo del postulantado, el candidato recibe el hábito franciscano y entra en el noviciado. Durante este tiempo el candidato está llamado a profundizar en el conocimiento de la Regla, las Fuentes, la Historia y la Espiritualidad Franciscana.
Tras recibir la aprobación de sus formadores, los novicios hacen su profesión temporal, es decir, se comprometen públicamente a vivir según la Regla de San Francisco, en obediencia, pobreza y castidad. De año en año, los profesos temporales son llamados a renovar su compromiso. El periodo de profesión temporal puede variar entre cuatro a nueve años.
Después de los años de profesión temporal, el candidato, con la aprobación de los formadores, puede hacer la profesión solemne, por la que entra en la Orden de los Hermanos Menores a todos los efectos. La formación del fraile continuará, con la diferencia que ahora será confiada al consejo para la formación permanente.