Fray Massimo Fusarelli, Ministro general, fue entrevistado por Radio Vaticana.
La entrevista tiene lugar el lunes 23 de enero a las 11:05 AM, hora local, en la emisión italiana denominada “La ventana del Papa”.
Entrevista completa (en italiano):
Ucrania
La primera ocasión que fui a este país era el mes de abril, durante la Semana Santa, desde el sábado antes del Domingo de Ramos hasta el Sábado Santo, esta fue una oportunidad para un momento de oración ecuménica e interreligiosa en la frontera entre Ucrania y Rumania. Ha sido un acontecimiento importante, ya que esta guerra se libra también con un trasfondo. La religión nunca puede justificar la guerra, y por eso hemos querido decirlo en voz alta con este momento de encuentro y oración, cada quien siguiendo su tradición. Con este grupo ecuménico visitamos algunos centros de refugiados y luego, en abril, visité dos casas de la Orden. Tuve la oportunidad de escuchar las historias de quienes sufren la violencia, como lo son niños, adolescentes, mujeres. El impacto de las historias me conmovió mucho.
La segunda vez que estuve en Ucrania, a finales de octubre, fue para dar una señal a los Hermanos.
Nuestros conventos no fueron destruidos por las bombas, pero mis hermanos están destruidos y devastados por dentro porque tienen parientes y familiares en el ejército y luego, porque están constantemente escuchando a la gente que vive la guerra.
Hoy en día, tanto los frailes de la Iglesia romana latina como los católicos griegos están ocupados, acompañando a la gente, escuchándola, e incluso se han puesto bajo las bombas para llevar comida a los ancianos que ya no salen de sus casas. Abrieron los sótanos de conventos transformándolos en refugios y nosotros mismos ayudamos a crear algunos de estos refugios. Ahora hemos ayudado a equipar nuestros conventos, y también los salones parroquiales, con generadores de electricidad para que la gente, sobre todo los niños, puedan refugiarse allí, tener calefacción, cocinar algo caliente cuando haga falta.
Durante mi estancia en el mes de octubre pude ver todo esto y lo más difícil para mí fue cuando visité los dos cementerios con tantos soldados ucranianos, todos muy jóvenes, entre 20 y 25 años.
La mayoría de los que vi murieron en el primer mes de guerra. Esto me dio la impresión de que a los chicos eran enviados directamente al matadero. Me encontré con algunas madres y abuelas, me abrazaron y lloramos junto, todas me dijeron de una u otra forma, “esperamos y confiamos en Dios”.
Recogí las esquirlas de un pueblo fuerte y arraigado que también tiene la fe como referencia. En un centro donde albergan niños y huérfanos de guerra, me regalaron dibujos, extrañamente llenos de color. Brillante. Entre las anécdotas que aún llevo conmigo es cuando vi a una anciana acurrucada en su manta en el suelo sin nada a su alrededor, una bolsa de plástico y luego una pequeña jaula con un pequeño loro que trajo consigo de un pequeño pueblo.
Los trabajadores me han dicho que este es su amigo y que la mujer ya no tiene a nadie ni nada, pero lleva consigo a esta ave que evidentemente es su amigo y la consuela. Cuando se dio la vuelta, me vio y esbozó una sonrisa aun con dolor, y, sin embargo, también muy hermosa. La sonrisa en este rostro arrugado se ha quedado conmigo.
Octavo Centenario
El Centenario Franciscano está dividido en cuatro centenarios, a medida que recorremos los últimos años de la vida de Francisco. Este año 2023 meditaremos en la aprobación definitiva de la Regla y la Navidad en Greccio. En 2024 recordaremos el aniversario 800 de la impresión de las llagas de San Francisco en el Alvernia, y en 2025 -con el Año Santo- trataremos el tema del Cántico del Hermano Sol, El Cántico de las Criaturas y el tema de la ecología integral. En 2026, nos ocuparemos sin duda del tránsito de Francisco, su Pascua y Muerte.
Se trata de un centenario que recorre los últimos años de Francisco, los que culminan con la aparición de los estigmas y la tensión que surge entre el ideal primitivo y la adaptación de la creciente fraternidad menor a la realidad. Francisco mismo luchó y vivió esta tensión, que encuentra su punto culminante en la aprobación final de la Regla. Por eso queremos un recuerdo de los últimos años de Francisco que no sea inocuo ni vergonzoso.
Carisma franciscano
Queremos profundizar sobre nuestra identidad. Voy regresando de Angola, y allí ya están planeando un proceso y algunas iniciativas para dar a conocer mejor a San Francisco en estos años, con los niños, en las escuelas y con los catecúmenos que se acercan a la Fe.
La próxima semana estaré en Brasil y después en Colombia. También en América Latina está tomando forma una celebración más animada. En consecuencia, tenemos la idea de dar a todos la posibilidad de conocer bien a San Francisco, en países no europeos, de entrar en diálogo con otras grandes religiones, como hinduismo y budismo.
Francisco es un gran Heraldo de la paz y nos ayuda a nosotros, sus hermanos e hijos, a ser hoy y artífices de reconciliación y de paz. Nuestra Orden está creciendo en África y Asia y debemos preguntarnos cómo nos están aportando algo. En estas nuevas presencias queremos caminar con esas mujeres y hombres para aprender un nuevo color del Carisma. Tenemos que escuchar estas realidades y estos hermanos, aprender de ellos y repensar el carisma.
