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Perdón de Asís 2024

Inauguración de las celebraciones con motivo de la solemnidad franciscana

01 Agosto 2024

Con la celebración Eucarística en la basílica de Santa María de los Ángeles, el 1º de agosto se inauguró oficialmente el Perdón de Asís, que permitirá obtener la indulgencia plenaria hasta la medianoche del 2 de agosto en todas las iglesias parroquiales y franciscanas en todo el mundo.

Fr. Massimo Fusarelli, Ministro general de la Orden de los Hermanos Menores, insistió en su homilía sobre el vínculo entre la Virgen María, Cristo crucificado y la misericordia del Padre, recordando las palabras de San Buenaventura, de cuya muerte se cumple este año el 750 aniversario. Fue precisamente la relación con el Crucifijo lo que marcó la vida de Francisco: “Desde el principio, en la pequeña iglesia de San Damián, hasta los Estigmas, cuyo Octavo Centenario celebramos. Jesús Crucificado lo llama a reconstruir su casa, la Iglesia, que estaba cayendo en ruinas. Francisco lo haría con el testimonio de una vida radicalmente fiel a Él y a Su evangelio. Alcanzado por la luz de la palabra y el amor transformador de Cristo Crucificado, empieza a darse cuenta de que él es, antes que nada, esa casa a reparar en la que Jesús quiere ser acogido para habitar permanentemente, como nos recuerda Buenaventura”, dijo el Ministro, que recordó a continuación cómo el Perdón de Asís nos llama “a un nuevo paso en la conversión permanente y radical al Señor Jesús, para convertirnos en su morada permanente y poder reparar la casa de tantas vidas y comunidades, de tantas situaciones y tantas personas que están cayendo en la ruina en la Iglesia y en el mundo”.

Fr. Massimo, citando la encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti, se refirió a la experiencia de la alegría al reconciliarse, al reparar una relación “en ruinas”, al reconstruir un vínculo perdido.

Acto seguido, el Ministro general de la OFM entró en la Porciúncula, que recibirá a los fieles y peregrinos, incluidos los jóvenes y las familias de la Marcha Franciscana que llegarán el 2 de agosto. Mañana por la noche, en la plaza de la Porciúncula, tendrá lugar la representación teatral “Fra”, del actor romano Giovanni Scifoni, que interpreta al Poverello de Asís en clave personal y contemporánea, alegre y reflexiva, que tanto éxito está cosechando en los teatros de toda Italia. 

Consulta el programa completo de las celebraciones (Italiano)
Leer la homilía de Fr. Massimo (Italiano)


De cómo San Francisco pidió y obtuvo la Indulgencia de la Porciúncula
Una noche del año de Nuestro Señor de 1216, Francisco estaba inmerso en oración y contemplación en la pequeña iglesia de la Porciúncula, cuando de repente una luz muy brillante inundó la pequeña iglesia y Francisco vio sobre el altar a Cristo revestido de luz y a su derecha a su Santísima Madre, rodeada de una multitud de Ángeles. Francisco adoró a su Señor en silencio, con el rostro en tierra. Entonces le preguntaron qué quería para la salvación de las almas. Francisco respondió de inmediato: “Santísimo Padre, aunque soy miserable y pecador, te ruego que a todos los que, arrepentidos y confesados, vengan a visitar esta iglesia, les concedas amplio y generoso perdón, con remisión completa de todos los pecados”. 

“Lo que pides, oh hermano Francisco, es grande -le dijo el Señor-, pero de cosas mayores eres digno y de cosas mayores tendrás. Por lo tanto, acepto tu oración, pero con la condición de mañana solicitaras esta indulgencia a mi vicario en la tierra. Y Francisco se presentó inmediatamente al Papa Honorio III, que se encontraba en Perusa en aquel momento, y le contó con franqueza la visión que había tenido. El Papa escuchó atentamente y, tras algunas dificultades, dio su aprobación. Después dijo: “¿Por cuántos años quieres esta indulgencia?” 

Francisco cantando responde: “Santo Padre, no pido años, sino almas”. Y contento se dirigió hacia la puerta, pero el Pontífice le llamó: “¿Qué, no quieres ningún papel?” Y Francisco: “¡Santo Padre, su palabra me basta! Si esta indulgencia es obra de Dios, Él se encargará de manifestar su obra; no necesito ningún documento, este papel debe ser de la Santísima Virgen María, Cristo el notario y los Ángeles los testigos”. Y unos días después, junto con los obispos de Umbría, ante el pueblo reunido en la Porciúncula, dijo entre lágrimas: “¡Hermanos míos, los quiero enviar a todos al Paraíso!”
(extraido del Diploma de Teobaldo)


El don de la indulgencia
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya remitidos en cuanto a la culpa, que los fieles, debidamente dispuestos y bajo ciertas condiciones, adquieren por intervención de la Iglesia, que, como ministro de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los Santos.


Condiciones para recibir la Indulgencia de la Porciúncula
(para uno mismo o para difuntos)

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San Francisco Cartas y homilías Ministro General
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Fr. Massimo Fusarelli Homilías MG Perdón de Asís
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