Pedro Bautista Blázquez nació en España en 1542. A la edad de 22 años ingresó en la Orden Franciscana y después de terminar sus estudios y ser predicador durante muchos años, partió como misionero a México en 1580.
Posteriormente, fue enviado a las Filipinas; en Manila fundó una nueva Provincia -que hoy lleva su nombre-, de la cual fue elegido Ministro en 1591. Durante su ministerio erigió numerosos conventos y él mismo, descalzo, llevó el Evangelio a todas las islas del archipiélago.
Su fama como misionero llego hasta el Rey de España, quien desea enviarlo como misionero en Japón.
Desafortunadamente, su labor evangelizadora chocó aquí con las opciones políticas del emperador Hideyoshi: una primera fase floreciente, en la que Pedro fundó conventos y hospitales en diversas partes del país, se vio contrarrestada por un rápido e inexorable declive. Los gobernantes locales estaban en contra de la expansión del cristianismo en el imperio, es por ello que Hideyoshi se vio obligado a prohibir todos los misioneros católicos.
Por esta razón, Pedro Bautista, con cinco frailes y diecisiete terciarios franciscanos, fueron arrestados y condenados al suplicio de la crucifixión. Los llevaron a la ciudad de Nagasaki, donde fueron torturados y expuestos al escarnio público, sufrieron el martirio el 5 de febrero de 1597. Junto a ellos fueron martirizados el jesuita Paulo Miki y dos de sus catequistas.
Estos mártires fueron beatificados el 14 de septiembre de 1627 por el Papa Urbano VIII y canonizados el 8 de junio de 1862 por el Papa Pío IX.
¡Nuestros más sinceros deseos a los hermanos de la Provincia de San Pedro Bautista en Filipinas!
Cf. Frati Minori Santi e Beati, a cura di Fr. Silvano Bracci, OFM e Sr. Antonietta Pozzebon, FMSC. Editrice Velar, 2009 p. 258
