Del 15 al 19 de abril, Fr. Francisco Gómez Vargas y Fr. Dennis Tayo, respectivamente Secretario y Animador de la Secretaría General para las Misiones y la Evangelización, visitaron Vietnam para reunirse con los hermanos comprometidos en las “Nuevas Formas”, en el marco de la preparación de la Asamblea de la Conferencia 2025 para las Nuevas Formas de Presencia y Evangelización Misionera en Asia. Conscientes de este objetivo, Fr. John Nguyen Phuoc, Ministro Provincial de San Francisco de Vietnam, y Fr. Peter Binh los acompañaron en la visita. Fr. John Phuoc explicó que “por decisión del capítulo provincial, los hermanos deben ayudar a los grupos étnicos y a los necesitados en los ámbitos de la educación, los servicios sanitarios básicos y la promoción de la cultura”. Su primer destino fue la provincia montañosa de Lang Son, en el norte de Vietnam. Dirigiéndose hacia las fronteras de China, se reunieron con los cuatro frailes que se ocupan de los grupos étnicos de esta región para sus necesidades sacramentales y otras ayudas pastorales, incluido el suministro de sistemas de agua y similares. A continuación, viajaron al convento de Hanoi para conocer a los cinco hermanos, que compartieron su labor de atención a los pobres de etnia que habían emigrado a la ciudad de Hanoi en busca de mejores oportunidades de vida.
Después volaron a las tierras altas centrales de Vietnam, donde viven los grupos étnicos más vulnerables y desfavorecidos. En la comunidad “Mit Garden” de la provincia de Pleiku se reunieron con los 21 hermanos que se ocupan de estos grupos étnicos, compartiendo sus experiencias y aspiraciones. Los hermanos se sintieron confirmados y animados al saber que la Orden apoya la apertura de “nuevas formas” como estas presencias, como expresiones concretas de nuestro carisma.
Fr. Peter Phat, Guardián de la comunidad, les acompañó después a visitar las aldeas de O, Nú, Bang Ut y Dunde para conocer a la gente. Los hermanos fundaron tres parroquias y les atendieron en sus necesidades educativas, económicas y sanitarias, salvaguardando su cultura.
La jornada culminó en el pueblo de Bo con una cena comunitaria y un festival cultural. Al día siguiente, visitaron el internado femenino, para conocer a 80 estudiantes étnicos de bachillerato y universidad; el colegio profesional y de formación profesional para chicos, fundado hace 17 años para acoger a 54 estudiantes de bachillerato tocaron música tradicional; la Clínica Comunitaria Phan Sinh, que lleva 5 años atendiendo gratuitamente las necesidades sanitarias de pacientes étnicos pobres; y, por último, la guardería étnica de la aldea de Kutong. Por la tarde, visitaron la parroquia del pueblo Xo Dang, que gestiona una casa de telares étnicos, una guardería y proyectos de alimentación diaria para 200 niños étnicos; la aldea de leprosos “Gol”, con una clínica activa desde hace 10 años; conocieron a monjes colaboradores locales que llevan a cabo una labor misionera con el pueblo Bana “Bla”; se dirigieron a la aldea “Groi”, donde fueron recibidos con danzas tradicionales e instrumentos musicales, para terminar la jornada con una misa y una alegre cena comunitaria. Por último, viajaron a la provincia de Kontum para celebrar la misa con siete hermanos en una comunidad parroquial; también visitaron dos casas de acogida para niños y niñas locales y otras dos parroquias, para culminar la jornada de visita con un ágape fraterno.
Llevando consigo la cálida bienvenida y generosidad de los pueblos étnicos y las obras inspiradoras de los frailes en las tierras altas, se dirigieron finalmente al sur, a la Ciudad Ho Chi Minh, donde llevaron el mensaje profético de estas presencias a los 78 frailes jóvenes y 30 aspirantes del Seminario de Thu Duc, durante la reunión plenaria a la que también asistieron las hermanas Clarisas en visita fraterna. En 2025, la Provincia de Vietnam celebrará su vigésimo año de presencia en las tierras altas de Vietnam. Es justo que rindamos homenaje a nuestros hermanos vietnamitas que trabajan desinteresadamente para ofrecer las alegrías y los dones del Evangelio a los numerosos grupos étnicos pobres de esta región, esforzándose por defender y respetar su cultura, en proceso de inculturación, con sus historias dignas de ser contadas a la fraternidad entera de la Orden.
¡Enhorabuena, hermanos, y que el sonido del Cồng Chiêng (gong étnico) resuene más en sus corazones!
