El sábado 16 de septiembre, en el Sacro Convento de San Francisco de Asís, se celebró una mesa redonda sobre el tema “El Evangelio es vida: la Regla de Francisco”, a la cual participaron los tres Ministros generales: Fr. Massimo Fusarelli, de la Orden de Hermanos Menores, Fr. Roberto Genuin, de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, y Fr. Carlos Alberto Trovarelli, de la Orden de Hermanos Menores Conventuales. En el encuentro, moderado por Fr. Marco Moroni, Custodio del Sacro Convento, participaron también la profesora Maria Pia Alberzoni, historiadora y experta en franciscanismo, y el escritor Davide Rondoni.
La Profa. Alberzoni inició el debate relacionando la vida de San Francisco y la Regla: ¿Cómo fue posible que la forma de vida de Francisco, es decir, vivir el Santo Evangelio, se convirtiera en una Regla? Porque él tenía la idea de seguir el Evangelio, mas no de escribir una Regla. Fr. Massimo respondió: “El Evangelio no es un código cerrado, sino abierto; Francisco tiene un sentido vivo, un fuerte sentido de la presencia viva de Jesucristo”, y continuó: “El tiempo de Francisco fue un tiempo de retorno al Evangelio, la originalidad del estilo de vida de Francisco es que acepta la forma al Santo Evangelio sobre todo como una experiencia única, una experiencia basada en la experiencia cristiana, el descubrimiento del nuevo rostro de Cristo a través del encuentro con los leprosos, es decir, una experiencia de misericordia”. Luego concluyó su discurso comentando: “Conjugar Evangelio y vida implica que, así como la regla ilumina la vida, también la vida ilumina la regla; por eso los hermanos se reúnen una vez al año, actualizan su vivencia de la regla y escuchan la voz de la Iglesia, dejándose acompañar por el Pontífice. La regla es un cuerpo vivo que crece porque la vida contribuye a la regla y la regla llama a reavivar la vida”.
El segundo tema abordo el cómo la vida franciscana une contemplación y apostolado, a lo que el Fr. Massimo argumentó: “Los hermanos ayudaban a la gente de la ciudad en sencillas tareas cotidianas, en la cocina o en el campo para trabajar la tierra y no pedían retribución alguna; también servían en la leprosería y esto era una novedad para su tiempo. Francisco nos enseñó que lo importante en el apostolado es el testimonio de vida”. Aquí aprovechó para contar una experiencia que tuvo en el 2010 trabajando con ancianos, viviendo en las afueras con otros dos hermanos en un departamento: “Para nosotros en aquel momento fue un paso importante vivir la fraternidad juntos. Fue una experiencia gratificante trabajar y convivir con la gente. Hoy nos preguntamos de nuevo: ¿Podemos considerar también el trabajo como una gracia? Tenemos que hacerlo con la vida...”.
El último tema se refirió al capítulo XI de la regla que dice: “Mando firmemente a todos los hermanos que no tengan con mujeres relaciones o consejos que engendren sospecha”, a lo que el Ministro general OFM respondió: “Sólo el amor puede oponerse a la muerte, el amor no es posesión”, para luego informar que existen lagunas en los primeros años de la fraternidad de Francisco. En los escritos encontramos la recomendación: “Los hermanos no coman en el mismo plato con las mujeres”, por lo que podemos suponer que al principio los hermanos convivían con las mujeres, sin embargo, Francisco manifiesta su ternura y pide a los hermanos que sean como una madre. Fr. Massimo concluyó su intervención diciendo: “Es un tema actual en el Sínodo: hombres y mujeres deben aprender a vivir juntos”.