El pasado 1º de marzo se celebró en la Fraternidad de Penitenciarios de “San Juan de Letrán” un encuentro entre los hermanos de la Fraternidad local y algunos hermanos de la Curia general para agradecer a Fr. Philippe Schillings sus 22 años de servicio en Roma. Por parte de la Curia general estuvieron presentes el Vicario general, Fr. Ignacio Ceja Jiménez, los Definidores generales Fr. Albert Schmucki y Fr. Jimmy Zammit, Fr. Salvador Burgos León, de la Oficina de Traducciones, y Fr. Byron A. Chamann Anlèu, de la Oficina de Comunicaciones.
Fr. Albert agradeció a Fr. Philippe sus 22 años de servicio en Roma, durante los cuales prestó diversos servicios; fue intérprete en nada menos que 5 capítulos de la Orden, así como traductor para la Curia general; fue también confesor en varias lenguas, primero en San Pedro como confesor extraordinario y luego en San Juan de Letrán como confesor ordinario, donde prestó un servicio muy grato a los fieles. Fr. Albert le deseó un feliz regreso a Bruselas.
A continuación, tomó la palabra el Vicario general, quien recordó que Fr. Philippe conoce varias lenguas y le agradeció su servicio como traductor. Subrayó enfáticamente que la lengua que mejor habla es la del servicio y, en nombre del Ministro general, le entregó la medalla de la Orden y un pergamino con su bendición.
La Fraternidad de los Frailes Penitenciarios Lateranenses: algunos datos históricos
A lo largo de la historia de la Iglesia, las Penitenciarías Apostólicas se establecieron para absolver en nombre del “Señor Papa” diversos pecados y censuras a los peregrinos que, sobre todo en la Edad Media, solían viajar a Roma para “hacer penitencia”.
La primera referencia histórica sobre ellos no aparece hasta 1215, en los documentos del IV Concilio Ecuménico de Letrán. Desde los primeros tiempos de la Orden, los hijos del Seráfico Padre San Francisco fueron también cooptados entre estos “penitenciarios coadjutores” y, por tanto, encomendados por la Sede Apostólica para ejercer el ministerio de las confesiones, tanto en las Basílicas Patriarcales (Papales) como en cualquier lugar donde la Curia Papal estableciera su sede. De hecho, no era raro encontrarlos también como familiares y capellanes pontificios.
En aquella época, sin embargo, y hasta 1568, la práctica en la Sede Apostólica era elegir a los penitenciarios apostólicos principalmente entre los religiosos de las diversas órdenes mendicantes, como, por ejemplo, los dominicos, los franciscanos, los servitas, los ermitaños de San Agustín y los carmelitas.
Sin embargo, en 1568-69 San Pío V, en su vasta reforma litúrgica, reformó también la Penitenciaría Apostólica. Y lo hizo especificando los deberes de los Penitenciarios Mayores y Menores, disponiendo los oficios de forma diferente, estableciendo sus poderes y reduciendo finalmente los servicios de los Penitenciarios Menores a sólo tres basílicas en Urbe (Roma). Éstas son: Santa María la Mayor, que confió a los dominicos, San Pedro en el Vaticano, que confió a los jesuitas y San Juan de Letrán, que confió a los Hermanos Menores.
Desde esa fecha hasta hoy, el oficio de los Penitenciarios Lateranenses sufrirá aún varios cambios y los Hermanos Menores seguirán ejerciendo, sin interrupción alguna, el noble ministerio de Penitenciarios Menores en la Archibasílica de San Juan de Letrán: “Omnium Urbis et Orbis ecclesiarum Caput et Mater”.
La Fraternidad Franciscana de los Frailes Penitenciarios Lateranenses, que oficialmente se denomina “Colegio Apostólico de los Padres Penitenciarios Lateranenses”, en razón de la misión específica que está llamada a desempeñar, es decir, la de dedicarse totalmente al ministerio de la Penitencia-Reconciliación en la Archibasílica de San Juan de Letrán, puede definirse como una Fraternidad franciscana internacional “sui generis”.
Como Fraternidad de Hermanos Menores, depende directamente del Ministro general en su constitución, organización y vida comunitaria. Sin embargo, en todo lo que concierne al ministerio pastoral a desempeñar, depende únicamente del Excmo. Card. Penitenciario Mayor, a quien debe remitirse siempre en cada caso particular.
En la actualidad, los ocho Penitenciarios Lateranenses, de diversas nacionalidades y diferentes lenguas, son Penitenciarios Menores Ordinarios y residen en una Casa que les ha asignado la Santa Sede sobre el claustro Cosmatesco de la Basílica.