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La Misión franciscana en Marruecos hoy

Custodia de los Santos Mártires de Marruecos

03 Junio 2024

La misión franciscana en Marruecos es tradicionalmente considerada la más antigua de la Orden. En 2010 se instituyó la Custodia de los Santos Mártires de Marruecos que depende directamente del Ministro general. La Custodia reúne actualmente a 18 hermanos, entre ellos sólo un profeso temporal, que descubrió su vocación en Marruecos y pidió unirse a nosotros. Los otros 17 hermanos están “prestados” por su Provincia de origen por seis años o más. Actualmente proceden de 14 Provincias diferentes correspondientes a 11 nacionalidades: Filipinas, República Democrática del Congo, España, Francia, Italia, Croacia, Polonia, México, Costa Rica, Brasil y Perú. Actualmente los hermanos están divididos en 5 fraternidades, dos en la diócesis de Tánger (en el norte del país) y tres en la diócesis de Rabat (en el centro). Se trata de pequeñas fraternidades misioneras de 3 o 4 hermanos.

La vida fraterna
Decir que la vida fraterna es el primer pilar de nuestra misión puede parecer obvio. Sin embargo, adquiere un significado muy especial en esta tierra. De hecho, los hermanos de todo el mundo están acostumbrados a pasar su vida en una Provincia donde entran, se forman y maduran juntos, unidos por tradiciones compartidas y una historia común. Nada de esto en Marruecos: cada uno proviene de un universo cultural y franciscano diferente.
Esta realidad significa que, como lo expresó uno de nuestros hermanos, la misión comienza aquí cuando abrimos la puerta de nuestra habitación porque la vida fraterna de 3 o 4 representa ya un desafío lingüístico, cultural y humano. Esto implica esfuerzo por parte de todos y capacidad de abrirse a la realidad del otro. Esto hace de nuestras fraternidades y de nuestra Custodia un laboratorio de convivencia intercultural en constante búsqueda de la fraternidad y el equilibrio, una escuela de amor y minoridad para permitir a cada uno ser él mismo y dar lo mejor de sí mismo.

El servicio prestado a la Iglesia
Hoy el país cuenta con más de una treintena de congregaciones religiosas y más de 25.000 fieles, todos extranjeros. La gran mayoría son estudiantes subsaharianos que vienen a estudiar a Marruecos antes de regresar a su país o acceder a estudios adicionales en Europa. Pero a ellos se suman cada vez más trabajadores que han decidido quedarse en Marruecos, ya sean expatriados enviados por el mundo occidental o antiguos estudiantes que han encontrado trabajo allí. 
Los hermanos franciscanos están actualmente a cargo de 7 parroquias que son lugares de encuentro tanto para estudiantes como para inmigrantes y trabajadores (en un mundo totalmente marroquí y musulmán) y que son también lugares de construcción espiritual y humana (especialmente para los inmigrantes deconstruidos por su peregrinación, para los presos cristianos que durante muchos años sólo reciben la visita del capellán y para los estudiantes que llegan a la edad adulta y aprenden aquí a vivir de forma independiente y responsable por primera vez). Las parroquias son para ellos lugares de referencia, tanto por la catequesis y los sacramentos como por la presencia de los servicios sociales que presta Cáritas. Son un punto de cruce, oasis que queremos que sean fraternos en los caminos de todos. Es para nosotros, los hermanos, una escuela de adaptabilidad y gratuidad: nosotros sembramos y otros cosecharán.

La presencia y el encuentro del mundo musulmán
Cuando San Francisco de Asís evoca la misión entre los musulmanes en la Regla de 1221, propone dos maneras de considerar el papel espiritual de los hermanos, consistente la primera en “no hacer pleitos ni disputas, estar sujetos a toda criatura humana por causa de Dios y simplemente confesar que son cristianos” (Rnb 16,6). Así nos sentimos enviados por la Orden al pueblo marroquí: no como competidores o prosélitos, sino como testigos llamados a vivir entre ellos, a encarnarnos allí y a vivir del encuentro “como orantes entre otros orantes” (Christian de Chergé, mártir de Tibhirine).
Para desarrollar espacios de contacto con la población musulmana de Marruecos y no permanecer entre los cristianos a pesar de la multiplicidad de sus necesidades, la Custodia ha abierto tres centros culturales donde los hermanos actúan como profesores de personas de todas las edades deseosas de aprender idiomas ​en particular. A través de relaciones con profesores voluntarios locales, de apoyo a los alumnos, de actividades culturales (cine, debates, talleres de lectura o escritura, teatro, etc.) o de proyectos ecológicos, los hermanos se van entrando poco a poco en la cultura de este país, poniéndose al servicio de todos. 
Este diálogo de vida (en la vida compartida en medio de un barrio popular musulmán por una fraternidad en particular) y este diálogo de caridad (a través de obras en favor de los marroquíes o de los pobres en colaboración con otros marroquíes o con asociaciones locales) terminan por abrirse misteriosamente hasta el diálogo espiritual. Es sin duda en este nivel donde la parte esencial de nuestra misión se realiza, de manera invisible, en la transformación de nuestros corazones y en la –elusiva– de los corazones de los hombres y mujeres que nos rodean.

La familia franciscana
Hoy en día, además de los hermanos menores, Marruecos cuenta con un monasterio de seis hermanas clarisas y unas sesenta hermanas y hermanos de la Tercera Orden Regular. Compartimos con estas comunidades los mismos desafíos, el de la inculturación en el país, el de la interculturalidad de nuestras comunidades y el de un cierto aislamiento con distancias significativas entre comunidades.
Reunidos en el Capítulo de las Esteras en marzo de 2024, buscamos cómo recibir nuestra llamada a vivir la misión aquí de una manera nueva y adaptada a las llamadas de quienes encontramos, marroquíes, migrantes y fieles. Juntos escuchamos al Espíritu Santo con el deseo de poder vivir de manera más profética esta misión, tan especial y tan pequeña, que el Señor nos ha encomendado.

¡En la alegría de la vocación que aquí tenemos, contamos con su oración para ser cada día más fieles a esta llamada del Señor que nos supera!

Fr. Stéphane Delavelle, OFM

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Familia franciscana OFM en el mundo Misión y Evangelización
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Missiones
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