¡Que la Paz de Dios esté con todos ustedes!
Este año, Dios ha querido que cristianos y musulmanes vivieran juntos la Cuaresma y el Ramadán durante casi tres semanas. Durante estos días, cada uno a su manera y según las antiguas tradiciones, intentamos acercarnos a Dios siguiendo Sus caminos (los “senderos rectos” mencionados en la Sura Al-Fatiha 6) y leyendo Su Palabra. Intentamos reconciliarnos con nuestros hermanos y hermanas “perdonando con un hermoso perdón” (Surah Al-Hijr 85) y de compartir lo que tenemos con los necesitados (“porque la caridad cubrirá multitud de pecados” 1ª Carta de San Pedro 4, 8). Y tratamos de someter nuestro cuerpo a la penitencia del ayuno que nos hace descubrir que sin Dios nada podemos hacer (Evangelio según San Juan 15,5) y que Él es y será siempre el único Bien.
Por tanto, nuestros caminos se vuelven a cruzar misteriosamente durante estos días. Queremos, como hermanos franciscanos que buscamos también conformar nuestras vidas a la voluntad de Dios, asegurándoles nuestra oración y nuestra cercanía durante este mes tan importante para todos. Que Dios, en su infinita misericordia, nos conceda hacer cada día más lo que a Él le agrada.
En estos tiempos en que la paz del mundo parece tan comprometida y en que tantos pueblos viven la herida abierta y el escándalo de la guerra, queremos invitarles también a orar particularmente con nosotros para que la paz de Dios sobrepase todo egoísmo y todos los miedos, en Gaza, en Ucrania, en el Congo y en tantos lugares menos publicitados de nuestro mundo, nuestras sociedades y nuestras familias. Que nuestras oraciones y nuestros esfuerzos por vivir mejor juntos en esta tierra se unifiquen para que el plan de Dios para la humanidad pueda realizarse.
¡Feliz y sagrado mes del Ramadán para todos!
La Comisión General de la Orden de los Hermanos Menores para el servicio del diálogo
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