13 de abril del 2021 (1442 AH)
A nuestros hermanos y hermanas musulmanes de todo el mundo:
As-salaamu ‘alaykum! ¡La paz este con ustedes!
En nombre de la Comisión Especial para el Diálogo con el Islam de la Orden de Frailes Menores, nos es grato saludarles una vez más al comenzar el mes sagrado del Ramadán.
Ha pasado más de un año desde que comenzó la pandemia COVID-19. Las pérdidas personales y las dificultades que todos hemos soportado han sido dolorosas y profundas, y pueden continuar, pero confiamos en Dios (
Allāh swt) que nos asegura: “el futuro será mejor que el pasado” (
al-Ḍuḥā 93.4), y “en verdad, con las adversidades hay consuelo” (
al-Sharḥ 94.5).
El año pasado muchos de ustedes observaron el Ramadán dentro de sus casas, separados de familiares y amigos. Aun cuando las vacunas están ahora cada vez más disponibles, las medidas de salud pública y el distanciamiento social siguen restringiendo vuestro
suhur e
iftar comunitarios limitando la oportunidad de quienes formamos parte de la familia franciscana de romper el ayuno con ustedes, como ya lo hemos hecho en el pasado. Será un día feliz cuando todos podamos celebrar nuestros tiempos sagrados en plena libertad.
Verdaderamente es un signo de Dios, El Compasivo (a
l-Raḥmān), El Misericordioso (
al-Raḥīm), El Sabio (
al-Ḥakīm), y El Generoso (a
l-Karīm), que este año la celebración del Ramadán caiga de nuevo cuando los cristianos están celebrando el tiempo de Pascua, y en el que tantos creyentes en todo el mundo – judíos, hindúes, sikhs, budistas, jainistas y bahá'í – también están observando sus días sagrados. Mientras ustedes dan gracias y alaban a Dios por la revelación del Sagrado Corán, toda la humanidad, al parecer, estará alabando y adorando a Dios, cada uno a su manera.
Es triste, sin embargo, que incluso en esta época de pandemia, en la que necesitamos tener cuidado y compasión los unos por los otros, algunos se vuelvan cada vez más en contra de los demás por diferencias de religión, etnia, raza, identidad nacional e ideología política. Incluso aquellos que comparten la misma identidad nacional se están volviendo contra sus compatriotas con odio y violencia. Realmente esto es un pecado contra el plan de Dios para Su creación. Como Dios (
Allāh swt) nos dice en el Sagrado Corán: “Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros diversos pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros; pero el más noble de vosotros es el que teme a Dios.” (
al-Ḥujarāt 49.13).
En este espíritu de fraternidad universal, el Papa Francisco publicó en octubre del 2020
Fratelli Tutti, la encíclica sobre la fraternidad y la amistad social. El texto está inspirado en su encuentro con el Gran Imán de al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, en Abu Dhabi en 2019, y en el
Documento sobre la Fraternidad Humana que ambos firmaron.
En su encíclica el Papa Francisco vuelve a referirse al encuentro entre San Francisco y el sultán al-Malik al-Kamil en 1219 como ejemplo de fraternidad universal que trasciende las diferencias de “origen, nacionalidad, color o religión”. Refiriéndose a todos los fieles “creyentes”, señaló:
los creyentes necesitamos encontrar espacios para conversar y para actuar juntos por el bien común y la promoción de los más pobres… Los creyentes nos vemos desafiados a volver a nuestras fuentes para concentrarnos en lo esencial: la adoración a Dios y el amor al prójimo, de manera que algunos aspectos de nuestras doctrinas, fuera de su contexto, no terminen alimentando formas de desprecio, odio, xenofobia, negación del otro. (FT 282).
Con este mismo espíritu, el Papa Francisco viajó recientemente a Irak para reunirse con los líderes políticos y religiosos, para animar a todos a “mirarnos entre nosotros, con nuestras diferencias, como miembros de la misma familia humana” y a “dialogar a partir de la identidad más profunda que tenemos, la de hijos del único Dios y Creador” (Discurso del 5 de marzo del 2021).
En las llanuras de Ur, donde inicia su camino de fe el patriarca y profeta Abraham (¡que la paz sea con él!) el Papa Francisco se reunió con representantes de las diferentes comunidades religiosas (suníes, chiíes, católicos, ortodoxos y otros) reconociendo que todos compartimos el camino de la fe, aunque nos movamos por sendas diferentes. Al igual que Abraham dejó tantas cosas para responder a la llamada de Dios, también “estamos llamados a dejar esos vínculos y apegos que, encerrándonos en nuestros grupos, nos impiden que acojamos el amor infinito de Dios y que veamos hermanos en los demás. Sí, necesitamos salir de nosotros mismos, porque
nos necesitamos unos a otros” (Encuentro Interreligioso, 6 de marzo de 2021).
El Ramadán es un tiempo en el que la familia franciscana católica vive de forma especial el vínculo de la fe con ustedes, nuestros hermanos y hermanas musulmanes, unidos por la práctica común de la oración, el ayuno y la caridad, expresadas en una comida compartida con otros. Nos recuerda un
hadith relatado por 'Abdullah ibn Amr que es muy significativo en nuestros días:
Un hombre preguntó al Profeta - que Dios le bendiga y le dé salud eterna - qué era lo mejor del Islam. Respondió: Da de comer al hambriento y saluda a los que conoces y a los que no conoces (Ṣaḥīḥ al-Bukhārī 28).
Durante este mes, tiempo sagrado en el que tantos fieles creyentes participan de diferentes maneras, permanezcamos unidos por los lazos de fraternidad como hijos e hijas de Abraham y tomemos de nuevo la decisión de ser instrumentos de Paz que es Dios. –
al-Salām. Les deseamos abundantes bendiciones en este Ramadán.
Ramadan Mubarak! Ramadan Kareem!
Fr. Michael D. Calabria, OFM
Asistente Especial para el Diálogo con el Islam
Miembros de la Comisión para el Diálogo con el Islam
Fr. Manuel Corullón, OFM
Fr. Ferdinand Mercado, OFM
Fr. Jamil Albert, OFM
