En el año de 1220 los frailes menores Berardo de Calvi, Acursio y Adyuto de Narni, Otón de Stroncone y Pedro de San Gemini, fueron asesinados en Marruecos; enfrente de los cuerpos inertes y desgarrados, el entonces canónigo agustino, Fernando de Lisboa decidió llevar el hábito franciscano tomando el nombre de Antonio, con el que hoy es venerado como santo no solo en Padua sino en el mundo entero.
A ochocientos años de distancia la diócesis de Terni-Narni-Amelia y la Orden franciscana desean celebrar este aniversario: de hecho, son muchos los aspectos que hoy ofrece para aprovechar dicha ocasión y afrontar los desafíos del presente. Por ejemplo; nos recuerdan la importancia de conjugar amor y sacrificio si no se quiere que el primero se desvanezca y el segundo sea estéril. Del mismo modo, la vida de los mártires recuerda la forma de vida del cristiano y fundamentalmente de toda persona llamada a vivir en la gratitud que se expresa sucesivamente en la con gratuidad de donarse a los hermanos.
Dicho centenario es la ocasión para redescubrir y valorizar el patrimonio histórico, artístico, social y paisajístico de la Umbría meridional, para que pueda haber ese renacimiento espiritual, cultural y caritativo del cual se siente tanta necesidad.
Las diversas iniciativas de este año serán anunciadas en el perfil siguiente: facebook.com/Centenario-Protomartiri-francescani