Del 25 al 29 de septiembre, Fr. Massimo Fusarelli, Ministro general, y Fr. César Kulkamp, Definidor general de zona, visitaron la Provincia de San Francisco Solano, en el norte de Argentina.
Esta visita se llevó a cabo durante el momento que todos los hermanos de la Provincia celebraban su encuentro (22-26) de formación permanente, un momento para celebrar y compartir.
Verdaderamente fueron días de diálogo fraterno con el Ministro, centrando su reflexión en los horizontes y desafíos de la vida religiosa, así como la vida de los Hermanos Menores en Argentina y América Latina, con la urgente necesidad de un cambio de estructuras y mentalidades inmersas en un mundo en constante cambio.
El 25 de septiembre se celebró la Eucaristía con la Familia Franciscana (Religiosas, OFS, laicos, jóvenes, alumnos y profesores de los colegios que dirigen los Hermanos Menores); después, durante la cena, se vivió un momento festivo con el acompañamiento de música y danzas típicas del país argentino.
El día 26, Fr. Massimo y Fr. Cesar visitaron la comunidad originaria Ava – Guaraní en la Misión San Francisco de Pichanal, donde la gente los recibió con mucha alegría; ese fue un día de fiesta, inculturación y agradecimiento a Dios.
Fr. Massimo, en sus palabras al final de la ceremonia de bienvenida, recordó que “cada vez que nos atrevemos a salir de nosotros mismos, cuando damos generosamente nuestra vida, la vida brota, el Evangelio y el carisma se hacen presentes y se encarnan en la realidad de los pueblos y las culturas”.
Al finalizar el encuentro con los Hermanos de la Provincia y de su visita, Fr. Massimo y Fr. Cesar tuvieron la oportunidad de reunirse con el Ministro provincial, Fr. Daniel Fleitas, y con el Definitorio, para luego dar un último saludo a todos los hermanos.
Fr. Daniel, tras agradecer al Ministro y al Definidor la visita fraterna y a los hermanos que prestaron diversos servicios durante el encuentro, animó a todos a seguir por el camino, partiendo de cuatro puntos clave:
Fr. Massimo compartió su emoción y gratitud por la acogida fraterna recibida y la apertura de los hermanos de la Provincia, su emoción por las comunidades aborígenes del norte argentino donde fue testigo de la fuerza y al mismo tiempo del dolor de la gente, de la belleza de la cultura y de la fe sencilla y profunda de las personas. Posteriormente, invitó a los hermanos a mantener siempre la tensión entre lo fraterno y lo personal, cuidándose de los extremos, es decir: la excesiva individualidad o, por el contrario, el riesgo de amoldarse a los demás. El reto es mantener la tensión para que cada individualidad pueda expresarse y contribuir a un proyecto común. La vida está precisamente en esta tensión, según el Ministro general, que concluyó subrayando la importancia de estar siempre atentos a discernir cómo proclamar el anuncio de Jesucristo hoy, en esta realidad. Una vida y un Evangelio siempre encarnados.