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En Opinión de Fr. Massimo - Febrero 2023

25 Febrero 2023

Entre finales de enero y febrero, pude visitar cuatro Entidades latinoamericanas, dos en Brasil y dos en Colombia, y asistir a parte del Capítulo de una Provincia en Perú. Fue una inmersión en diferentes culturas, prácticas y formas de vivir la vida franciscana, muy rica, moviéndose entre luces y sombras. 

En Brasil pude apreciar la vitalidad y exuberancia de la gente y también de los hermanos, muy cerca de la realidad. Al mismo tiempo, he visto cómo no pocas de nuestras presencias se encuentran en un punto decisivo de elección sobre cómo continuar con actividades y estilos de presencia y acción pastoral y social que están llamados a repensarse y recomenzar en estos tiempos, con un arraigo cada vez más carismático. 

Al mismo tiempo, reconocí el deseo de no pocos hermanos de vivir la belleza de la vida evangélica de San Francisco y de discernir lo que se opone a ello, desde estructuras demasiado grandes, hasta actividades que dejan poco tiempo y aliento, pasando por estilos comunitarios que no siempre son capaces de crear un ambiente fraterno y misionero con el tono adecuado. En la tensión entre estos distintos elementos podemos encontrar nuevos puntos de avance hacia el futuro.

En Colombia, pude conocer mejor la realidad de un país rico en tanta diversidad, diversidad étnica, lingüística, cultural, e igualmente rico en contrastes, incluyendo desigualdades sociales muy pronunciadas, el sufrimiento de tantas de las personas más sencillas y la violencia generalizada en zonas enteras de este país alejadas del control estatal y en manos de realidades muy diferentes. Nuestros hermanos están presentes en varios de estos frentes, en algunos de los cuales siguen siendo casi la única presencia de la Iglesia en contextos difíciles. 

¡Qué hermoso testimonio de vida franciscana vivida como hermanos menores en las duras y, sin embargo, esperanzadoras realidades de la vida! 

En Perú, el encuentro y el diálogo con los hermanos me pusieron en contacto con una antigua historia misionera muy viva y con la urgencia de redescubrir hoy esa inspiración para relanzarla. Hemos dado algunos pasos y estamos acompañando el resto del camino de estos hermanos. 

Importante es el servicio prestado a la educación en estas provincias, llamadas a convertirse cada vez más en un lugar de evangelización

Las dramáticas noticias del terremoto en Siria y Turquía me acompañaron, junto con mi cercanía desde la distancia a mis hermanos en Siria. Otra página dolorosa de la historia actual que nos hace inclinar la cabeza y en todo buscar humildemente la presencia fiel del Señor.

Ahora me dispongo a encontrarme con los Ministros provinciales de Europa junto con el Definitorio general, y la pregunta que quiero hacerles es cómo vivir en este continente, que se encuentra en un momento muy delicado: por una parte, de una unidad pocas veces conocida, gracias a la guerra de Ucrania, y por otra dividido por visiones y opciones diferentes.

Como Hermanos Menores, en primer lugar, queremos aprender a recibir como oportunidades los muchos motivos de crisis que encontramos en el continente, sin olvidar la indiferencia religiosa que parece reducir radicalmente la experiencia de fe a la esfera privada. ¿Cómo ser evangelizadores en un contexto así? ¿Cómo aprender a encontrarnos con muchos sabiendo proponer un horizonte más amplio, más elevado, que recoja y relance las expectativas, aunque contradictorias, del hombre de este tiempo? ¿Cómo hacer recordar a Europa una memoria cristiana generadora de futuro en este presente oscuro y aparentemente desesperanzado? Entonces, ¿Cómo repensar y reestructurar nuestra presencia en Europa en diálogo con los demás, abriéndonos a la internacionalidad de forma renovada y sabiendo elegir presencias carismáticamente significativas? 

Son cuestiones que nos interpelan a todos, no sólo en Europa, y que en este Centenario de la Regla nos piden de nuevo que hagamos alianza con esa promesa de vida plena que el Señor nos prometió a través del Evangelio profesado y vivido por Francisco de Asís.

 

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